MÉXICO.- Los zapatos de Catalina es un proyecto de escritura de la autora Gabriela Rochín, el cual fue seleccionado en la categoría de Letras, de la convocatoria “Contigo en la distancia: Movimiento de Arte en Casa”,organizada por la Secretaría de Cultura del Gobierno de Méxicopara incentivar a los artistas durante la emergencia sanitara y ofrecer contenidos culturales de calidad.
El trabajo de la creadora sonorense comenzó el 25 de noviembre del 2019 ―en el marco del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer―, recopilando testimonios de mujeres, de diversas edades y nacionalidades, a través de Facebook e Instagram.
En entrevista, Rochín menciona que esta labor fue con el propósito de nombrar y resignificar las experiencias de violencia y con ello generar una nueva dinámica social.
“Mi intención es poder nombrar las violencias que nos atraviesan como mujeres durante toda nuestra vida, pronunciar para resignificar la experiencia y para reaprender socialmente que hay otra manera de compartir el mundo, generando redes que nos fortalezcan socialmente”.
Explica que su proyecto se conforma por crónicas basadas en testimonios de mujeres, los cuales contienen su experiencia de violencia, hablan de los elementos que necesitaron en ese momento, pero no tenían y qué es lo que agradecen en su presente, así como una fotografía de sus zapatos.
“Los zapatos son un símbolo de anonimato, de denuncia y, en especial, de empatía porque es la invitación a ponerte en los zapatos del otro y sentirlo; al mismo tiempo representa diversidad porque hay tenis, zapatos, huaraches, botas, zapatillas de bailarina”.
Rochín comenta que este símbolo influyó en la decisión de denominar a su proyecto Los zapatos de Catalina, retomando lo que los zapatos significan para ella y su seudónimo que proviene de un ancestro libanés.
REALIZACIÓN
Para la realización de las crónicas entabló una conversación por redes sociales; escribió el testimonio omitiendo detalles específicos para no comprometer la seguridad de las mujeres y al final envió el texto para ser autorizado por quien comparte su experiencia.
Precisa que decidió utilizar las redes sociales debido a que le permitieron obtener inmediatez y acceso a la información, “fueron un medio para dejar de callar en lo individual y compartir algo que nos pasaba a todas”.
Considera que a través de la escritura y la palabra se llega a la reflexión, al cambio y la empatía: “lo que no se nombra no existe, creo que al hablar y escribir sobre las violencias en común podemos resignificar las experiencias, entender que hay otra manera y tener una esperanza”.
Comparte que uno de los retos a los cuales se ha enfrentado al realizar este proyecto ha sido que las mujeres compartan sus experiencias y el tener que vivir las historias.
Es un proyecto que necesariamente requiere de un ejercicio de valentía y confianza para compartir la experiencia. Para mí es un proceso de dejarme atravesar por la historia, veo esas imágenes muchas veces, las siento y eso me hace más consciente de las señales de alerta y del tener la sensibilidad”.