PUEBLA, MÉXICO.- Si hay algo más importante detrás del proceso cinematográfico, particularmente en el género documental, es el pensar, escuchar y estar sensible a la narrativa del otro, sentenció El cinefotógrafo poblano David malpica, ganador del primer RetoDocs Puebla con el cortometraje Sólo Dios basta y asesor del mismo concurso en la ciudad.
Fue durante el Taller de Fotografía impartido en el marco del RetoDocs en charla con el jefe de departamento de la Cinemateca “Luis Buñuel”, Iván Contreras, que el director de fotos señaló que, aunque para desarrollar un discurso en un documental es importante “escucharte a ti mismo”, es más importante “escuchar al otro”.
“Lo digo con todas sus letras: nuestro trabajo es el de pensar en el otro, en la otredad, para el frente y para atrás (…). Ver al otro, dignificar al personaje”, comentó
Mientras explicaba a los jóvenes que se preparan para el desafío de hacer un corto documental en 100 horas a partir del próximo 9 de agosto, el docente señaló que en su experiencia al realizar sus trabajos descubrió que lo más importante del proceso cinematográfico es “pensar” más que colocar, fijar, apuntar y tirar una cámara, pues a fin de cuentas en este género de cine se trata del otro.
En ese sentido, el egresado del Centro de Capacitación Cinematográfica añadió que el capturar la otredad en imagen es no únicamente buscar a los personajes, por más habría que establecer un diálogo con ellos, “entender cómo viven, cuáles son sus preocupaciones, cuáles sus gustos, cuáles son sus metas y qué relación tienes con ellas”.
“Entender a quién tienes enfrente, conocerlo, hacer un vínculo humano y personal; después sacar la cámara y platicar con él. Ellos son los que hablan y tú te conviertes en una especie de psicoanalista, una especie de fuga, porque la gente está buscando con quien hablar”.
Narró que logró una conexión particular con un personaje en el proceso de filmación de Sólo Dios basta, con el cual ganó el certamen RetoDocs Puebla en su primera edición hace cuatro años, el cual cuenta la historia de cómo las hermanas de la orden de las monjas dominicas, quienes viven en el Convento de Santa Catalina en Puebla, buscan a Cristo; y muestra las dificultades que las hermanas enfrentan todos los días para conseguir acercarse y estar en paz con su creador.
“Una señora se levanta pidiéndole a Dios ser escuchada y llega a una iglesia donde no es escuchada y se encuentra con nosotros, y nosotros no somos más que el medio para que el público la escuche y al final de cuentas aparece la pregunta de ¿qué es Dios sino la otredad, que es Dios si no el otro? Eso me dio una gran lección en la vida porque el hacer cine yo creo que es hacer cosas para el otro, estar trabajando para el otro”.
Aprovechó para recomendar a los noveles cineastas que durante el proceso de filmación piensen en que es como un juego de ajedrez, donde gana el que tenga el mejor argumento:
“Creo que lo más importante es escuchar al documental, escuchar a la película, es estar en comunión con eso (…). El cine es un juego de argumentación; no gana el más egocéntrico, gana siempre el que tenga el mejor argumento que le funciona la película. Por eso hablo de pensar más que filmar y hacer un proceso de argumentación, como en el ajedrez”.
LA TRAYECTORIA
El especialista en cinefotografía David Malpica también trabajó en 2012 para un documental para la Universidad de British Columbia, el cual aborda la temática del programa de empleo temporal en Canadá. Además ha trabajado como cinefotógrafo en más de 15 cortometrajes, participado como fotógrafo en diversos comerciales y programas de televisión y es asesor de cine en universidades como la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla y la Universidad Panamericana.
Actualmente trabaja en el proyecto Lo contrario de la muerte, una película del director Carlos Corea, y prepara su ópera prima como director El fin de todo.
