PUEBLA, MÉXICO.- La repercusión de la crisis por la pandemia en el sistema educativo es evidente, y aunque es complejo medir su alcance a largo plazo, los problemas en la educación se agravarán, estimó Alfonso Esparza Ortiz, rector de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP).
“Los efectos de la crisis en la educación son palpables, pero su impacto en el mediano y largo plazo es difícil de calcular porque estamos viviendo una situación sin precedentes; sin embargo, es evidente que se agravarán problemas estructurales del sector educativo y tendrán serias repercusiones al dificultar la consecución de los objetivos de la agenda 2030 para el desarrollo sustentable”.
Durante el arranque del seminario virtual “Los retos de la educación pública superior” convocado por el ICSyH de la BUAP, el rector señaló que la crisis sanitaria develó serios problemas estructurales que tiene la educación en México, como la falta de financiamiento, inclusión educativa, escasa atención a grupos vulnerables y marginados, el rezago tecnológico y la falta de docentes capacitados para atender programas a distancia.
Destacó que son más de 23 millones de estudiantes y 1.4 millones de docentes en toda América Latina y el Caribe los que vieron las serias repercusiones por la suspensión de actividades presenciales, es decir, el 98 por ciento de alumnos y profesores de la región.
De acuerdo con datos de la ONU, en México el 25 por ciento de los alumnos de nivel medio superior y superior (1 millón 431 mil alumnos) no regresarán al salón de clases en el ciclo 2020-2021; unos 800 mil no harán la transición de la secundaria al bachillerato; y la deserción escolar se calculó en 8 por ciento, lo que significa que más de 305 mil jóvenes dejaron la escuela.
“Esta emergencia nos revela problemas estructurales existentes en la región tales como el financiamiento, la falta de pertinencia e inclusión educativa, la escasa atención a grupos vulnerables y marginados, el rezago tecnológico y la falta de personal docente capacitado para atender programas a distancia”.
CALIDAD, COBERTURA, FINANCIAMIENTO Y VINCULACIÓN SOCIAL
Entre los retos que tendrán los sistemas de educación superior, como la Máxima Casa de Estudios del estado, frente a la “nueva normalidad” y la adaptación de la educación en línea, Esparza Ortiz señaló los retos de calidad, cobertura, financiamiento y vinculación social por parte de las instituciones; y la precariedad y condiciones en las que se encuentra un gran número de estudiantes, quienes permanecen en condiciones de inseguridad alimentaria, problemas de higiene y convivencia, carecen de espacios seguros y son víctimas de violencia intrafamiliar.
Se suma a ello el factor tecnológico, pues aunque el 73 por ciento de los mexicanos usa internet, el 90 por ciento lo hace a través de un celular (sin banda ancha que permita acceder a las plataformas educativas).
Alfonso Esparza señaló que el fin de la contingencia por la pandemia aún no está definida, pero la educación debe estar preparada en los aspectos como asegurar la continuidad de los servicios académicos, implementar estrategias de enseñanza diferenciadas, contribuir a la salvaguarda de la salud de las comunidades y sobretodo una educación que responda a las necesidades de la nueva normalidad.
