PUEBLA, MÉXICO.- La falta de tiempo es la principal razón por la que los mexicanos no leen, sin embargo el desinterés en ella por gran parte de la población también ha provocado que México haya tenido una tendencia decreciente de lectores en los últimos cinco años.
De acuerdo con estadísticas del Módulo sobre Lectura (MOLEC) del INEGI —el cual mide el comportamiento lector de la población adulta en México para conocer las tendencias de esta práctica en el país—, casi la mitad de los encuestados, 47.9%, declaró la falta de tiempo como razón por la que no leen, mientras que el 21.7% señaló la falta de interés, siendo estas dos las principales causas por las que no realizan esta actividad.
Los datos recabados por el MOLEC en febrero de 2019 y recientemente dados a conocer, demuestran que la tendencia redujo en 10 puntos porcentuales en los últimos cinco años, toda vez que la población que leyó algún material en 2015 fue del 84.2%, comparado con el 74.8% que tuvo el año pasado.
Aunque el promedio de títulos leídos por la población de 18 años y más en el último año fue de 3.3 obras, el 67.7% de la población alfabeta leyó materiales distintos a libros, como lo son revistas, periódicos, historietas, páginas de Internet foros o blogs.
La literatura fue indicada por los encuestados como la temática más leída con 42.5%, pero otros tipos de escritura también fueron incluídos, como aquellos relacionados con alguna materia o profesión, libro de texto o de uso universitario (34.1%) y de temas de autoayuda, superación personal o religioso (26.6%).
PROMOCIÓN DE LIBROS NO GENERA LECTORES
Resalta que como en otros países, en México, a raíz del confinamiento por la pandemia de Covid-19, haya surgido una gran promoción de descargas gratuitas de ofertas literarias por parte de editoriales y centros de formación, sobretodo cuando ya en el 2013 la Unesco colocó a este país en el penúltimo lugar de 108 en consumo de lectura.
Cuestionado por LEVIATÁN sobre las campañas de acercamiento a los libros durante confinamiento bajo el supuesto de que se tendrá más tiempo para leer, el escritor y editor José Luis Prado consideró que el hecho de acercar a la sociedad a las historias de manera gratuita es un gran paso que se ha dado incluso en este tiempo de crisis.
Sin embargo, mencionó que más allá de resurgir en un momento de crisis, “la lectura toma fuerza porque cada momento de crisis nos permite replantear las formas que hemos desarrollado como algo normalizado”.
El oriundo de Puebla retomó la idea del escritor Alberto Mangel cuando señala que “las sociedades que leen conciben el tiempo como algo acumulativo, mientras que las que no lo hacen lo perciben de forma lineal”, para argumentar que “esta es la bandera de todos los que se han sumado a compartir lecturas, ampliar el tiempo y llenar de experiencias ajenas que sirven de forma individual”.
Respaldado por sus experiencia como autor, lector, librero, entre otras funciones desempeñadas dentro de este ámbito, Prado González interpretó que la esencia de la actividad lectora es acumular experiencia y tiempo.
Finalmente, el actual coordinador de Fomento a la Lectura y Editorial del IMACP estimó que aunque haya campañas de promoción de lectura para aprovechar el confinamiento en casa, hacen falta mecanismos y estrategias, toda vez que los libros no generan en automático a los lectores, pues el el ejercicio mediación es fundamental:
“Cómo hago para interesarte por el libro que estoy leyendo, cómo hago para acercarte a las historias que se han escrito sobre la ciudad que habitamos, etcétera. Ese es el reto al que constantemente nos enfrentamos, no sólo se trata de salir a la calle a repartir libros sino de convidar la experiencia lectora. Asumirnos como lectores no sólo de libros, sino de mundo”.