MÉXICO.— La joven escritora y poeta bilingüe Nadia López García (Tlaxiaco, 1992) relató que ella decidió hacer poesía en su lengua materna porque considera que es hora de que a las lenguas originarias de México se les ponga en el estatus de “la gran literatura” que siempre se ha hablado.
“En México, cuando hablamos de literatura mexicana pareciera que automáticamente estamos hablando de literatura escrita en castellano, pero creo que debemos de voltear hacia una construcción que en México pensamos, hablamos y escribimos en 68 lenguas indígenas con sus 364 variantes”, apuntó.
Nadia es hablante de la lengua tu’un savi, una variante del mixteco, y es a través de sus letras y los simbolismos que emplea en cada una de sus obras que busca ayudar a que se valoren y respeten las lenguas originarias, además de contribuir a que sus hablantes no sean vistos como seres extraños.
Como un reconocimiento a su trabajo, a sus 27 años de edad recibió el Premio Nacional de la Juventud 2018 en la categoría de Fortalecimiento a la Cultura Indígena y también fue reconocida entre los mexicanos más creativos por una reconocida revista.
La Organización de las Naciones Unidas designó 2019 como el Año Internacional de las Lenguas Indígenas, con el objetivo de sensibilizar a la sociedad para que reconozcan, aprecien y valoren la importante contribución que los idiomas originarios hacen a la diversidad cultural y lingüística del mundo.
La joven indígena oaxaqueña considera que esa conmemoración, que el año pasado propició muchos debates en torno a las lenguas originarias, fue una oportunidad para que los hablantes sepan que pueden escribir en los idiomas que ellos dominan, además de que puede tener el mismo reconocimiento que el español.
“Creo que es importante no dejar de hablarla y los que todavía no la dominan seguirla aprendiendo, porque en la medida en que se haga cada vez más ese diálogo y se comparta más, en esa medida las lenguas tienen mucho camino por delante”, destacó.
Ella nació en una comunidad perteneciente a Santa María Yucuhiti, municipio que forma parte del distrito de Tlaxiaco en el sur de la región Mixteca; sin embargo, después tuvo que emigrar a San Quintín, Baja California, lo que no fue un motivo para que se olvidara de sus raíces y, sobre todo, de su lengua; y aunque se encontraba lejos no perdió el interés por aprender el tu’un savi, pues pidió a su abuela que le enseñara y así fue como obtuvo esos conocimientos que ahora los lleva a la literatura.
A través de su experiencia como migrante, Nadia López explicó que cuando las personas indígenas migran hacia las ciudades pueden vivir dos cosas respecto a la lengua: que se refuerce la defensa hacia su forma de hablar y, por el otro lado, que es la mayoría, que se inicie un proceso de ocultamiento de la lengua.
“Como estás en un lugar donde la gente no habla tu lengua, tú sabes que si pronuncias en voz alta tu lengua originaria te van a ver diferente, o te van a buscar porque están acostumbrados a escuchar el español. Desde la escritura y la poesía estamos apostando a que pase la primera, que es este reforzamiento y consolidación del orgullo de hablar la lengua y compartirla a otras generaciones”, señaló.
La joven, quien con su poemario bilingüe Ñu’u’ Vixo-Tierra Mojada obtuvo el Premio Cenzontle 2017, que convoca la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México, subrayó que también busca que las nuevas generaciones se contagien de la lengua, que se sientan dichosos y que no sientan vergüenza de hablar en cualquier lugar.
“Muchas mujeres que vieron que yo empecé a mostrar lo que estaba escribiendo, sobre todo jóvenes, me han dicho que las he inspirado para trabajar y saber que es posible escribir y publicar en tu lengua”, señaló la poeta indígena quien también dijo que mucho se piensa que las mujeres indígenas no escriben tanto, “pero la verdad sí lo hacen, aunque no son tan públicas, no se les da tanta visibilidad”. Y envió un mensaje a los jóvenes: “no tengan miedo, no hay que dejar de hablar y hay que empezar a escribir en nuestra propia lengua”.