PUEBLA, MÉXICO.- Con motivo del estreno de El Complot Mongol, adaptación fílmica de la novela escrita por Rafael Bernal, resulta oportuno destacar uno de los comentarios realizados recientemente por su realizador, Sebastián del Amo respecto a tratar de posicionar el género del thriller en México.
Durante la presentación de la película a medios de comunicación, el otrora orquestador de Cantinflas reconoció que la comedia romántica es el género más explotado en la actualidad por los directores tricolores.
Bajo ese contexto manifestó su expectativa porque El Complot Mongol coadyuve a repuntar el thriller como otra de las narrativas recurrentes de la industria nacional.
Relató que, en su momento, El mundo fantástico de Juan Orol, su ópera prima, generó una tendencia por los biopics, tanto en la pantalla grande como en las series televisivas.
Por su parte Damián Alcázar, protagonista del filme, destacó la gran manufactura y elenco de dicho metraje, factores que le facilitaron a desarrollar más atinadamente su papel.
LA CRÍTICA
Aunque El Complot Mongol no es una obra redonda o perfecta destaca por diversos elementos, siendo uno de los principales la manera cómo está contada su historia.
Se trata de una investigación criminal que constantemente rompe la cuarta pared, la cual es aderezada con apuntes humorísticos, amorosos, políticos y sociales.
De ese modo existe una crítica velada hacia la forma cómo la sociedad mexicana hace caso omiso a la meritocracia de los connacionales y premia o regala puestos a los amigos, es decir, celebra la “cuatificación”.
Asimismo plantea con ironía los conflictos existentes entre diferentes ideologías, por ejemplo, los capitalistas y comunistas. Obviamente, esto último es planteado en tono de farsa.
Respecto a las interpretaciones del elenco, Alcázar confirma su gran solidez histriónica, pues le otorga los matices necesarios a su rol, un sicario de buen corazón que se enamora de una mujer asiática como si fuera un adolescente precoz.
El resto de los actores y actrices también hacen un papel decoroso, con excepción de Moisés Arizmendi, quien se queda corto en su personificación de un agente de la KGB pues se siente poco orgánico, sobre todo si se le compara con sus colegas.
Por su parte, Eugenio Derbez trata de salir de su zona de confort al dar vida a un político maquiavélico, pero por momentos se le notan las costuras.
Mientras que Bárbara Mori logra convencer con su “Martita Fong”, ya que la dota de esa dulzura y sensualidad, propias de las que caracterizan a la femme fatale de una historia policiaca. Sin temor a equivocarme, quizá es el mejor papel que la otrora protagonista ha interpretado.
Finalmente, el diseño de producción y la fotografía de El Complot Mongol” logran igualar la estética de la obra original, así como darle una adecuada atmósfera de misterio.
En contra: la serie de críticas negativas por el “yellow face” que posee el metraje en turno, es decir, poner a actores nacionales en papeles de asiáticos. No obstante, considero que eso obedece más a una cuestión de financiamiento o falta de recursos de producción, que ausencia de ética profesional por parte de su director.
EL ORIGEN
Sebastián del Amo confesó haber leído El Complot Mongol en su adolescencia y desde entonces se convirtió en una de sus novelas favoritas; sin embargo, no había podido llevarla a la pantalla grande hasta 2017, época en que la filmó.
Estuvo de acuerdo con que dicho largometraje tiene apuntes vigentes en la era contemporánea pese haberse publicado hace casi cinco décadas.
