- Se trata de la obra ganadora del Premio Bellas Artes Testimonio “Carlos Montemayor”
MÉXICO.- Los lectores curiosos que colmaron el Centro de Creación Literaria “Xavier Villaurrutia” tuvieron la oportunidad de oír la experiencia del periodista Ramsés Ancira, sobre su encarcelamiento en el Reclusorio Oriente de la Ciudad de México a raíz de un problema inmobiliario.
Prisionero, Ancira se dedicó a lo mejor que sabe hacer, escribir, y como resultado de esos días aciagos, dio forma y vida al relato “Reportero encubierto”, obra ganadora del Premio Bellas Artes Testimonio “Carlos Montemayor”, dotado con un cheque por 100 mil pesos. El texto, convertido en libro, se presentó esta noche en el mencionado recinto capitalino.
De acuerdo con el autor, quien invitó a los periodistas Federico Campbell Peña, Marcial Fernández, Pilar Jiménez Trejo para hablar de su libro, se trata de un testimonio que da fe de supuestas carencias que privan en los centros penitenciarios del país, y pretende narrar cómo se le puede cambiar la vida a un ciudadano común en un abrir y cerrar de ojos.
“Reportero Encubierto”, firmando bajo el pseudónimo “Color Verde Esperanza” por el periodista Ramsés García Ancira Saba, originario de la Ciudad de México, fue elegido por el jurado calificador del premio, “por ser testimonio de una situación a la que no se tiene acceso fácilmente, un relato contado dentro de una situación de reclusión angustiante”.
Además, el texto “muestra las condiciones y paradojas del sistema penal mexicano”, según los miembros del jurado integrado por Pilar Jiménez Trejo, Juan Manuel Servín y Leonardo Tarifeño, para quienes la obra se inspira en el trabajo de Carlos Montemayor que combinó el arte literario con la defensa y promoción de los Derechos Humanos.
El premio, que estimula el género literario entre mexicanos y extranjeros residentes del país, fue creado por el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) en 1982, y en 2010 cambió a Premio Bellas Artes de Testimonio Chihuahua “Carlos Montemayor” como un homenaje permanente a ese eximio escritor, originario de Hidalgo del Parral, Chihuahua.
De acuerdo con la Secretaría de Cultura del Estado de Chihuahua, Ramsés Ancira, como ha firmado desde sus inicios en 1980, se ha desempeñado como reportero de notas que tratan de transmitir la atmósfera en las que ocurren los hechos. Por su labor, ya obtuvo, en dos ocasiones, el estímulo del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (Fonca)
Esta noche, se informó que en las 17 mil 191 palabras que conforman el texto, García Ancira relata las injusticias que sufrió al ser trasladado, sin orden de aprehensión, juicio ni sentencia, al Reclusorio Oriente de la Ciudad de México, luego de ser acusado, erróneamente, de un fraude procesal por un bien inmobiliario en abril de 2016.
La celda no limitó el ejercicio periodístico de Ramsés, quien narró cómo se vive en el Reclusorio Oriente: Lo primero, aseguró convencido, “es sobrevivir para poder contar la historia. También es necesaria una mezcla de prudencia y valentía para saber cuándo es importante ser identificado como periodista y cuándo es mejor pasar desapercibido”.
El autor da voz y es un vehículo a las historias de los que llama “presos injustamente sentenciados a cumplir largas y humillantes condenas”. Escribió en nombre de quienes aún en prisión no han perdido el altruismo, la preocupación por los otros y que son, probablemente, más honestos que otros ciudadanos que jamás enfrentarán esta pesadilla.
A dos años de los sucesos narrados, Ancira logró encontrar solución a uno de los casos de detención injusta que menciona en su libro. “Con la ayuda del Comisionado para los Pueblos Indígenas de la Secretaría de Gobernación, Jaime Martínez Veloz, salió bajo fianza Víctor Manuel Cervantes, falsamente acusado de robar celulares en el metro”.
Tras un momento de reflexión puso en relieve que si tuviera fuerza, debería escribir otro libro, tal vez llamado “Reportero al descubierto” en el que podría narrar la tortuosidad de los procesos penales y la libertad condicional que se puede poner en riesgo en cualquier momento. El público reconoció el valor y temple de Ancira, al publicar esa experiencia.