MÉXICO.- Stephen Hawking es la prueba de que la conciencia trasciende a la realidad, que la mente está sobre la materia. Su determinación, tenacidad y persistencia, pero sobre todo su amor a la vida, hicieron que su brillante mente no tuviera límites, señaló Vladimir Ávila Reese.
El investigador del Instituto de Astronomía (IA) de la UNAM, dijo que una de las mentes científicas más luminosas del siglo XX deja a la humanidad un legado que viaja generoso de la exploración teórica de los hoyos negros y la singularidad del espacio-tiempo, a cuestiones más mundanas, como la divulgación de la ciencia.
Recordó que Hawking fue un físico teórico, astrofísico, cosmólogo y divulgador científico británico, nació en Oxford y desarrolló su carrera académica en la Universidad de Cambridge, desde donde despegó como un eminente profesor de física para convertirse en una celebridad universal.
Desde los 22 años padeció esclerosis lateral amiotrófica, una enfermedad que fue limitando cada vez más sus movimientos, pero que nunca redujo su trabajo científico, pese a que el diagnóstico predijo que viviría sólo hasta los 24 años.
A los 32, fue una de las personas más jóvenes en ser aceptadas como miembro de la Royal Society, la asociación científica más antigua del planeta, fundada en 1660.
El astrofísico José Franco, también investigador del Instituto de Astronomía y coordinador del Foro Consultivo Científico y Tecnológico, calificó a Hawking como un “gran generador de ideas” y mencionó que desde fines de la década de los 60, desarrolló trabajos que ayudaron a entender cómo funcionaba la física de los agujeros negros.
Además, señaló en un comunicado de la UNAM que una de las principales contribuciones del físico británico es el hallazgo de la llamada “radiación de Hawking”.
Él consideró que la mecánica cuántica debería ser considerada al estudiar los agujeros negros, algo que había sido dejado de lado durante los primeros años de la Relatividad General de Einstein, una teoría clásica y divorciada de la mecánica cuántica, el otro gran hallazgo del siglo XX.
Saúl Noé Ramos Sánchez, investigador del Instituto de Física de esta casa de estudios, dijo que otra aportación fue la idea de Hawking de que la física no se puede seccionar en clásica, cuántica o termodinámica, “pensaba que la física es una misma, y así había que pensarla”.