MÉXICO.- México, y principalmente su ciudad capital, ha logrado un gran avance en materia de diversidad sexual, sin embargo, prevalece la falta de una educación que ayude a comprender los que implica esa diversidad.
La directora de Grupo Educativo Interdisciplinario en Sexualidad Humana y Atención a la Sexualidad, Irene Torices Rodarte, así lo manifestó al participar en el Foro Voces diversas, transformando familias.
En el encuentro realizado en el Museo Memoria y Tolerancia, expuso que como sociedad ha habido madurez en las grandes ciudades, muestra de ello es la Ciudad de México, donde se han tomado decisiones que van a la vanguardia del mundo.
Sin embargo, el obstáculo se presenta en una educación sobre la sexualidad que nos permita mirar la diversidad de opciones, una forma más respetuosa e incluyente de la homosexualidad, el lesbianismo, el transgénero y todas las formas de expresión sexual.
Sin bien es cierto que ya tenemos una serie de normativas que sancionan la discriminación, la violencia hacia estos grupos de la población, persiste la invisibilización y la indefensión, puesto que muchas de estas leyes no están reglamentadas.
A lo que se siguen sumando prejuicios, como el hecho de que todavía se pretenda considerar a la homosexualidad como una discapacidad, lo que afortunadamente ya ha sido descartado, pues se trata de una decisión y no de una deformación o deficiencia funcional.
En tanto, la directora de AVE de México (Acciones Voluntarias Sobre Educación en México A.C.) Maribel Ortega Álvarez, subrayó la importancia de entender que la diversidad sexual va más allá de ser lesbiana, bisexual trasvesti o transexual.
Expuso que no todas las personas van a querer vivir en pareja o les va a acomodar ese modelo, ya que también hay quienes prefieren vivir en pareja abierta o poligámica.
Ante la gama que implica la diversidad sexual, consideró indispensable comenzar a plantear una apertura en la mentalidad educativa para evitar confusiones que son las que propician que se se genere discriminación, “simplemente por no encontrarse en un patrón tradicional”.
Una vez que se superen estos bemoles, comenzará a presentarse una cultura de más respeto en la que sea desterrada la violencia y la discriminación por la incomprensión del hecho de que alguien puede sentir de manera diferente a los demás.
