PUEBLA, MÉXICO.- En México, el trabajo no remunerado como las tareas domésticas y de atención a las personas que habitan un hogar no es reconocido ni valorado; sin embargo, representa 24 por ciento del Producto Interno Bruto Nacional, lo que da cuenta de su importancia económica, puntualizó la directora del Instituto de Liderazgo Simone de Beauvoir, Ximena Andión.
En entrevista, precisó que es necesario cambiar los modelos económicos y culturales que establecen que estas labores son exclusivas para las mujeres, por lo que en un principio es importante reconocer su importancia, aunado a generar consciencia referente a la corresponsabilidad tanto de la sociedad como del Estado.
En el país, una buena proporción de mujeres pertenece a la clase trabajadora, por lo que a su vez, genera la contratación de las trabajadoras del hogar, que suman 2.4 millones de personas, en su mayoría mujeres, quienes a diferencia de quienes las contratan no tienen horarios establecidos, prestaciones sociales y salarios justos.
Ellas, trabajan hasta 15 horas al día, aunado a que no tienen días de descanso establecidos e incluso, las que trabajan de planta tienen jornadas extenuantes al despertar y hasta cuando se van a dormir, momento en que sus patrones dejen de utilizar sus servicios, expuso Andión.
“Muchas de ellas están al servicio y no tienen un solo día de descanso aunado a que todavía es común retenerles el sueldo, así como despidos injustificados sin liquidación, son condiciones laborales que no están reguladas ni formalizadas, por lo que se vuelven condiciones sujetas a las demandas y necesidades de sus empleadores las 24 horas del día”.
Además, explicó que al realizar su trabajo en el interior de una casa la situación es más complicada, en primera instancia, por la invisibilidad de sus labores que deriva en la inexistencia de regulación y supervisión.
Explicó que de acuerdo con cifras de la Encuesta de Ocupación y Empleo del Instituto Nacional de Estadística (INEGI) en México existen 2.4 millones de personas dedicadas al trabajo del hogar, 98 por ciento son mujeres; sin embargo, muy posiblemente existen hogares en los que no se registra la presencia de estas personas .
Lo que se busca es que las autoridades mejoren la manera de contabilizar a estas personas, no solo para saber cuántas existen en realidad, sino para conocer sus orígenes, si son indígenas, su nivel socio económico, ello para tener una mayor claridad del fenómeno; en ese sentido explicó que hay poca información al respecto para que ello derive en la mejora de políticas públicas.
Abundó que existe también mucha incidencia de niñas que se dedican a esta actividad y añadió que de acuerdo con encuestas al interior del Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred), muchas de ellas comenzaron a trabajar entre los nueve y los 14 años de edad.
Andión expuso que de acuerdo con el Sindicato de Trabajadoras del Hogar, un salario justo para esta actividades es de 300 pesos por día en una jornada laboral completa, sin embargo, al igual que todos los trabajos, existen subdivisiones; así, están aquellas que hacen trabajo de planta y otras de entrada por salida; sin embargo, las labres que desempeñan son diferentes.
La campaña #EmpleoJustoEnCasa, que se dio a conocer este jueves y que concluye en junio próximo, busca visibilizar a estas mujeres e incidir en la creación de esquemas graduales con prestaciones sociales y salarios justos.
En un principio sería para aquellas que trabajan de planta para paulatinamente integrar a las demás, primero, con seguridad social obligatoria para aquellas que ganan entre dos y tres salarios mínimos, luego, se buscaría incluir a aquellas que trabajan de entrada por salida.
Explicó que los trabajos son integrales; desde hacer comprender que como mujeres y por ignorancia en ocasiones se incide en reproducir estereotipos de discriminación y maltrato a las trabajadoras del hogar, hasta que reconozcan que son empleadoras y con una relación laboral con una trabajadora del hogar, en ocasiones muchas de ellas no conocen sus obligaciones como empleadoras; además, las trabajadoras deben conocer sus derechos y obligaciones.
“Es un cambio cultural, entender que no todo tiene que venir de fuera y que la misma exigencia de nosotras, queremos buenos derechos para nosotras, tenemos que darlo a las trabajadoras que están en nuestras casas”.
Algunos de los aspectos que podrían considerar las personas para respetar los derechos laborales de estas personas es la firma de un contrato, conocer las obligaciones que se tienen como empleador, establecer una relación laboral clara y cumplir con los compromisos establecidos en el contrato como aguinaldo y vacaciones cuando la trabajadora lo requiera así como días de descanso, ello, además de concientizar a otras personas que utilizan los servicios de estas mujeres.
En tanto que las trabajadoras deben también considerar que al contar con derechos también tienen obligaciones como funciones específicas, profesionalización de sus servicios que en realidad no son tan fáciles como comúnmente se piensa y que conozcan sus derechos, así como informar a sus compañeras de la existencia de sus derechos.
De las 2.4 millones de personas dedicadas a los trabajos del hogar, 95 por ciento son mujeres, es decir 10 por ciento de las 19.8 millones de mujeres económicamente activas, 97 por ciento de ellas no tiene acceso a atención médica y 96 por ciento no tiene contrato laboral ni beneficios sociales que determina la Ley para el resto de los trabajadores del país.
El Convenio 189, de la Organización Internacional del Trabajo busca establecer pautas de protección a quienes se dedican a los trabajos en casa y solicita a los Estados considerar medidas para lograr condiciones de trabajo decente para estas personas, México signó dicho convenio; sin embargo, aún no lo ha ratificado.
De los 25 países que han ratificado este convenio en el mundo, 14 son de Latinoamérica y El Caribe, y naciones como Colombia, Costa Rica, Uruguay, Ecuador, República Dominicana y Argentina, por mencionar algunos, lo tienen en vigor.