PUEBLA, MÉXICO.- Fuimos el martes de hace dos semanas a Gerencia del Centro Histórico, allá nos enviaron desde los patanes de Protección Civil hasta los amigos que han trabajado en proyectos de reconstrucción de casas del Centro de Puebla.
En Gerencia nos dijeron que podían apoyarnos con el apuntalamiento del balcón -que se está cayendo- y el muro izquierdo. Había solo que registrarse y entregar un expediente.
Reunimos el expediente para el trámite en Gerencia:
- Copia de IFE y comprobante de domicilio
- Oficio
- Fotos de casa
- Carta del INAH
- Dictamen (en este caso de Colegio de Ingenieros)
Afuera de Gerencia había un triste montoncito de polines. Adentro había una fila de dos familias antes que nosotros y un señor después. Nos registramos todos para el apuntalamiento.
–Van hoy mismo o mañana–, eso me dijeron ese día, y eso me ha dicho todos los días desde hace una semana la licenciada Bárbara o Esther. No hay un solo día que no me respondan. Son muy amables. Hasta les creo la sorpresa.
–¿¡A poco no han ido!?
Y vuelven a insistir que hoy mismo. El balcón está en Reforma, si se cae un pedazo apuesto 50 a 50 que mata a un peatón o aplana un coche. Al final decidimos apuntalar nosotros.
Lo que no hemos apuntalado es el muro que da a Reyes Huerta. No me importa que se les caiga un pedazo encima. Cuando fuimos a pedirles su cooperación para evitar una desgracia, el Ingeniero nos dijo: cada quien que se rasque con sus propias uñas.
–Va a caer sobre sus carros.
–Pues los movemos.
Ahora tienen los coches arrinconados en una esquina en exhibición.
CONTINUARÁ…