PUEBLA, MÉXICO.- El 15 de mayo se celebra la fiesta mayor de la comunidad de San Isidro en Chilchotla, festejan a San Isidro Labrador, por eso ya habían comenzado los preparativos que incluyen procesiones con el santo por la comunidad acompañado de mariachis y los infaltables cohetones.
Juan Santiago es el mayordomo para este año y tenía almacenadas varias gruesas de pirotecnia en su hogar. La noche del lunes uno de los cohetones que se lanzaba perdió la trayectoria que buscaba y entró a la casa que ahora se redujo a escombros.
A partir de testimonios de los vecinos de esta localidad a unas tres horas en automóvil al oriente de la capital poblana se ha ido reconstruyendo la causa por la que hasta la noche del martes había fallecido 14 personas 11 de los cuales eran niños. 22 personas están lesionadas, cinco de gravedad, tres son niños. ¿Por qué tantos niños entre las víctimas? Todo indica que por las celebraciones de los preparativos, los niños jugaban dentro de la casas.
En la casa, estaban 12 gruesas de cohetones que había comprado el mayordomo para estos festejos. Habría aproximadamente entonces unos mil 700 cohetones dentro de la casa que al explotar simultáneamente causaron el desplome de la estructura de la casa sepultando a todos los que ahí se encontraban, la explosión también habría lesionado a quienes no estaban en la casa pero estaban cerca.
Ya había caído la noche y el estallido también dañó un poste de energía eléctrica que dejó sin suministro a la población y en penumbras los sobrevivientes comenzaron a intentar rescatar a los que estaban dentro de la casa, a algunos los pudieron sacar y los llevaron a hospitales pero otros quedaron sepultados bajo las estructuras más pesadas de cemento y varilla por ello en el lugar fallecieron nueve personas.
La familia de Juan, quien había recibido el honor de tener la mayordomia sufre ahora la tragedia, la mayor parte de las víctimas son su familia, su hijo está en el hospital. Su madre, la abuela, perdió a 3 nietos y dos bisnietos.
A tapar el pozo
Ayer el director de Protección Civil de la federación, Felipe Puente, dijo que ya había girado instrucciones para crear una normativa aplicable para aquellos ciudadanos que compran artículos pirotécnicos y los almacenan como es el caso de Juan.
Ayer el secretario General de Gobierno, Diódoro Carrasco, dijo que habría que analizar la posibilidad de prohibir definitivamente el uso de los cohetones. Enseguida el diputado local Francisco Jiménez dijo que el uso de la pirotecnia está tan arraigado en las tradiciones y costumbres que una prohibición legal no acabaría con su uso y exhortó a los legisladores federales a que se legisle en materia de almacenamiento y las autoridades de Protección Civil a que supervisen el cumplimiento de la norma cuando exista.
Este es un tema, sin embargo, que en México se vuelve recurrente en los días posteriores a las tragedias relacionadas con los cohetones, recientemente ocurrió con la tragedia de Tultepec y ocurre una y otra vez que explota un polvorín en algún lugar alejado de las grandes ciudades. La pregunta que persiste es ¿habrá personal suficiente de Protección Civil para vigilar el cumplimiento de la eventual norma en poblaciones que son de apenas unos cuantos cientos de habitantes? Mientras tanto las notas sobre las tragedias relacionadas con la pirotecnia seguirán ocupando las portadas de los diarios.
