Fotografía: EsImagen

Brevedad, propuesta para llegar a lectores jóvenes

En CAMALEONES Notimex

MÉXICO.- Concentrar la literatura en una unidad breve para acercarla a un lector joven es lo que busca el poeta y ensayista Jorge Fernández Granados en su libro “Vertebral”, quien propone una literatura, concentrada, accesible, “que se pueda leer de principio a fin, de arriba a abajo y de atrás hacia adelante”.

En entrevista con Notimex, el autor explicó que su premisa es que la brevedad, concentración y rapidez son recursos literarios que podrían serle mucho más fácil y accesible a este tipo de lector, en lugar de enfrentarlo a páginas y páginas.

A esa conclusión llegó en un cruce curioso de esos elementos, que de hecho él desarrolla desde hace más 20 años, y la comunicación a través de las nuevas tecnologías, como el internet y las redes sociales.

“De pronto esta brevedad, esta concentración, esta rapidez, le van muy bien a las nuevas generaciones, todo esto que llaman la generación millenial, esta forma de ya comunicarse muy rápido. Nadie tiene demasiado tiempo para ver, todo debe estar en 140 caracteres”, admitió.

Aunque “Vertebral” dialoga con estas nuevas formas de comunicación, Fernández aseguró que nunca fue su propósito, pero se dio cuenta de que puede llegar mejor a un lector joven, al que llega no con decenas de páginas, sino con la fragmentación de sus textos, “lo puede abrir en cualquier momento del día, ver alguna frase o ver un pequeño momento literario”.

Sobre el género del libro, comentó que aunque pertenece a una tradición no muy frecuente en la literatura, como es el aforismo; él prefiere llamarlas “breverías”.

De acuerdo con el ensayista, la palabra brevería proviene de un acto de prudencia, mientras que al hablar del aforismo, se piensa como sentencias que evocan grandes monumentos de la sabiduría.

 

“No sé si alcanzo la sabiduría, hago lo posible por concentrar la literatura en una unidad muy breve, muy portátil, algo que sé que no asuste al lector, sino que lo aproxime, esa sería mi idea central”, sostuvo.

Sobre el paralelismo que podría existir con sus obras anteriores, integradas por libros de poesía, cuento y ensayo, mencionó que el género que más ha escrito es la poesía, la cual está muy cercana al aforismo, porque buscan lo mismo.

“Decía Ezra Pound: ‘La poesía no es sino el arte de llenar las palabras de significado’. Esa definición sería muy parecida a la que podría darse en el aforismo”.

Fernández Granados recordó que fue un sueño lo que le indicó que culminara la obra; fue algo largo y extraño, como todos los sueños, dijo. En él, se encuentra en un bosque y dialoga al lado de una presencia, para posteriormente salir al amanecer, tras un largo camino por la noche, sin nunca saber con quién conversaba.

“En ese diálogo alguien me preguntaba o yo hablaba con alguien, iba caminando, todas las preguntas y esas respuestas estaban en ese diálogo; cuando yo intentaba ver quién era, no tenía rostro, y me decía: Tú sabes quién soy, soy el que te venía a preguntar”.

Cuando despertó se preguntaba con quién había hablado en ese sueño, una conversación semejante a lo que se puede apreciar en el último capítulo de la obra que concluyó tras 20 años de un proceso que fue lento y esporádico, sin una idea previa, que nació cumplemente de la necesidad de conversar con una literatura.

De dialogar con ese cuaderno, esa bitácora que todo escritor tiene sin la necesidad de darles forma en un volumen, ahí encontró que había ciertas temáticas, como la naturaleza, el amor y los afectos, las ciudades, el arte y la literatura, entre otros temas, cada uno de los cuales le hizo reunir textos, muchos de ellos revisados y reescritos.

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