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“No demolición, sí reconstrucción”, piden en despedida de Escuela Normal Superior del Estado

En ESPECIALES Janet González

PUEBLA, MÉXICO.- Ayer cientos de alumnos y exalumnos de la Escuela Héroes de Reforma y de la que fuera la Escuela Normal Superior del Estado de Puebla, acudieron a la 11 Sur para despedirse de la institución y para  manifestar su inconformidad por la demolición del edificio.

Desde un poco antes de las 17:00 horas niños, adolescentes, jóvenes y jubilados llegaron para cerrar la calle frente al inmueble ubicado en la 11 Sur, entre 9 y 11 Poniente. Los abrazos no se hicieron esperar pues muchos no se habían visto en años; así los recuerdos afloraron y también las preguntas: “¿De qué generación eres?”, “¿Te acuerdas de mí? Fuimos compañeros”.

Fotografía: Janet González

Después de que poblanos de distintas generaciones ya estaban reunidos, miembros fundadores de la Escuela Normal de Educadores y de Educación Física en 1951, con lágrimas en los ojos y nostalgia soltaron globos blancos para despedirse de la que una fue su escuela..

“Gloria a la escuela que forjó mentores de la niñez…mansión de luz, Normal…Gloria a ti, mi normal”, entonaban jóvenes y jubilados, hombres y mujeres que formaron parte de la historia de este instituto.

“No a la demolición, sí a la reconstrucción”, coreaban con fuerza algunos de los asistentes; otros llevaban pancartas en las que escribieron su tristeza, inconformidad o su agradecimiento: “No a la demolición”, “Siempre te llevaremos en el corazón”, “Son tus aulas fuente del saber”, “Anexa, no te olvidaré”.

“SIN MONUMENTOS NO HAY TURISMO”

Dulce Arely, una adolescente de 12 años de edad que estudia la secundaria en el turno vespertino y que aún no sabe dónde continuarán las clases, dijo sentirse triste “porque apenas entré, es mi primer año aquí. Voy en primero de secundaria y me gustaba mi escuela porque es una de las mejores. Mi salón es el de aquí enfrente.”

Sergio Mastretta, periodista poblano, quien también fue a la cita a despedir la escuela a la que asistió su padre Carlos Mastretta a la primaria cuando el edificio pertenecía los jesuitas en 1926 señaló que “Es un recinto histórico pero es escuela; para que el gobierno lo convierta en negocio de algún político, a mí no me gusta la idea. La iglesia de San Agustín la han tumbado las guerras, la han tumbado los terremotos y sigue siendo la Iglesia de San Agustín. No la convirtieron en oficina pública. Está más que probado que a estos políticos el patrimonio, la cultura y la historia les valen sombrilla. Por eso hay que defender este viejo edificio porfiriano”.

Desde el punto de vista arquitectónico este edificio es emblemático, comentó César Pérez Córdova, ingeniero civil egresado de la BUAP, quien resaltó que las fallas que se presentan son 50 veces más pequeñas que las que presentaron el Edificio Carolino y la Catedral a causa del sismo del 15 de junio de 1999 y en esa ocasión a nadie se le ocurrió demolerlos. “En este caso hay muchos intereses presentes, es una zona muy valiosa económica e históricamente hablando. No hay ninguna justificación para demoler este edificio”.

Víctor Manuel Palacios Tejeda, Alfredo Villegas y Eduardo Palacios de la Torre, contaron: “Estábamos en tercero de primaria, era el año del 63, cuando se formó el primer coro de la escuela, éramos como cuarenta niños y niñas y ganamos muchos concursos y nos invitaban. Algo que nunca debieron haber hecho es quitar el escudo que tenía, era de piedra y cuando cambiaron el nombre a la escuela lo quitaron. Se siente una gran nostalgia, porque pasamos aquí nuestra infancia”, dijeron

Por su parte Álvaro, maestro jubilado, indicó que “la recuperación del patrimonio cultural es muy importante, Puebla es una ciudad turística y sin monumentos no hay turismo. Desde el terremoto del 99  se han recuperado importantísimos monumentos. Es impensable demolerlo, eso es una barbaridad. En mi humilde opinión debemos tener más conciencia de nuestro patrimonio y no pensar sólo en intereses económicos o inmobiliarios. Es una lástima”,

Muchos de los manifestantes se reunían por primera vez después de muchos años de no verse y comenzaron a recordar con nostalgia sus años escolares. Después de los saludos, los abrazos, las lágrimas, las fotos para “el face” y de la despedida, los ex alumnos se retiraron con la esperanza de que el edificio no sea demolido si no restaurado, que continúe siendo escuela para que sigan aprendiendo en sus aulas miles de poblanos que darán rumbo a nuestra entidad.

Fotografía: Janet González

 

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